sábado, 18 de marzo de 2017

Joaquín Sabina - Lo niego todo (Disco) (2017)


Joaquín Sabina ha editado nuevo trabajo que lleva por título "Lo Niego Todo", que supone su regreso en solitario desde Vinagre y rosas, su último disco de estudio de hace 8 años. Por medio, estuvo el álbum a pachas con Joan Manuel Serrat, aquel "La Orquesta del Titanic" en 2012, del que hubo su correspondiente gira.
Mucho se ha hablado, de que para este trabajo, el de Úbeda ha contado con Leiva en la producción, el ex-componente de Pereza, una banda que a mi particularmente nunca me dijo mucho, y la carrera de Leiva en solitario menos aún, pero que como productor parece tener cierto toque mágico, o eso dice Joaquín, y como no también ha tocado la guitarra en temas, e incluso hace un dueto. Es evidente, que su amistad viene de largo y ya habían colaborado antes, pero ahora lo han hecho a fondo, y también es de destacar la talla de los músicos que han intervenido en el trabajo, porque son de alto nivel, desde Benjamín Prado en las letras junto al propio Sabina, Carlos Raya a la guitarra solista, Iván González y Candy Caramelo al bajo, José Bruno a la batería, César Pop y Joserra Semperena al piano y hammond, David Carrasco al saxo, Tony Molina al trombón y fliscorno y Olga Román a los coros, entre otros. Por otro lado decir que son temas compuestos nuevos completamente, ya que Leiva y Joaquín dejaron claro desde el principio que nada de letras del pasado metidas en cajones, todo desde cero.
¿Y qué tiene el disco? Pues las letras de poeta del Sabina de siempre, musicadas con bastante variedad la verdad, toques de vientos countrys-sureños, rock stoniano, rancheras, hasta reggae y una rumba flamenquita, pero claro también el pop-rock made in Sabina. No nos olvidemos nunca de una cosa, y es que Don Joaquín sigue siendo uno de los mejores letristas de este país, aunque le pese a muchos, y que su tono canalla le da un toque especial, que sólo él posee.


Comienza el disco con Quien más, quien menos, y destaca desde el inicio esa guitarra dobro tocada por Carlos Raya, brutal, y donde la poesía de Don Joaquín se mete a saco en la melodía, bastante a contrapelo, es la típica canción de Sabina donde se musica una letra suya y no hay una melodía clara o un compás claro. No tan deprisa pone en los créditos que es un homaneje a J.J. Cale, y la verdad es que es un temazo de aire folkie-sureño, y donde destaca un piano excelente de César Pop, gran canción. Lo niego todo fue el tema de adelanto y que da título al disco, y que tiene sin duda una letra descomunal, que al parecer parte de un poema de Benjamín Prado, donde repasa la trayectoria del autor y como ha ido saliendo de cada situación baja para convertirla en canción y ese piano de Joserra Semperena es gloria bendita. Postdata me suena a ranchera con toque argentino, no sé me tiene algo desconcertado su estilo donde Ariel Rot toca la guitarra y habrá influenciado algo supongo. Lágrimas de mármol me suena mucho a Pereza al inicio, pero claro luego entra la voz del andaluz y la cosa cambia, se mete con una gran letra y consigue que sea una de las mejores canciones del álbum, gran puente y mejor estribillo y unos vientos brutales. Leningrado empieza parecida a la anterior, pero Sabina sabe darle con sus versos un toque ácido, a pesar de que Leiva en algún momento parece querer que Sabina cante sus melodías.
Canción de primavera se basa en una música de Pablo Milanés, otro amigo de Joaquín, al que este pone su letra, con bonitos arreglos de mandolina y las voces de Joaquín y Olga preciosas. Sin pena ni gloria vuelve a ser un tema donde el estilo del productor domina, aunque esta melodía es buena y la guitarra de Raya salva muchas cosas. Las noches de domingo acaban mal quizás sea el tema más stoniano por el tratamiento de las guitarras, tema más rockero del disco y un encaje perfecto con la voz de Sabina. ¿Qué estoy haciendo aquí? es un reggae, quien lo iba a decir ¡¡¡Sabina haciendo un reggae!!!, pues si, y ojo no le queda mal, sale airoso gracias a una letra de broncas, desamores y alcohol. Churumbeles es el tema rumbero flamenquito que Joaquín suele meter en sus discos, de tono castizo y gitanillas que le vuelven tarumba. Cierra el álbum Por delicadeza, un dueto entre Sabina y Leiva que comienza con armónica y en tono acústico de onda algo bluesera, queda bastante coherente y apañado.


Bien, pues es más que evidente que Sabina se ha centrado sólo en las letras y ha dejado la música para otros y claro, en muchos temas Leiva coge y pone su estilo, que como digo a veces es acertado, pero otras se pasa un poquito, porque no es su disco, ahí debería haber sabido parar un poquito en determinados instantes. Es un buen disco, tocado por buenos músicos y un Sabina al que todavía le quedan muchas cosas que decir, aunque para mi gusto quede lejos de sus mejores trabajos.

Os dejo con el tema No tan deprisa.

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