martes, 15 de julio de 2014

The Rolling Stones - Some girls (1978)


Mi trilogía del olimpo de sus Satánicas Majestades es Let it Bleed, Sticky Fingers y Exile on Main Street, pero muy cerca, diría que esperando en el banquillo, muy cerquita, está este disco de 1978. El álbum tiene rock, rhythm and blues, blues y hasta pop con esencias soul, pero dejándose influenciar por la música disco y el punk rock que a finales de los 70 eran tendencia, eso si, adaptándola a su estilo. Un dato muy importante es que Ron Wood ya es miembro fijo y Mick Taylor ya pasa a la historia (dejó el grupo en 1974), y en ese cambio pasa una cosa ya que Wood carecía del virtuosismo de Mick, pero lo compensaba con gran dinámica y energía, lo que le convirtió en el compañero ideal de Richards, ya que por así decirlo, no le tocaba las narices ni competía con él, e incluso su pedal Steel guitar sería un sello importante de la banda. En octubre de 1977, los Stones entran en los Pathé Marconi Studios de París para grabar esta pasada de álbum.



Pero Some Girls tiene una postura chulesca, misógina y cínica, ya desde la portada, donde los miembros de la banda se ponen pelucas y se pintan los labios. Musicalmente le da mil vueltas a todos los discos sacados desde 1973 a 1976, ya que aquí estamos ante una obra maestra. Ojo, la situación de la banda no era la mejor, ya que Richards después de una época de mucho consumo de estupefacientes, andaba esperando juicio, por otro lado la vida de glamour y estrellón de Mick Jagger con su mujer de entonces Bianca, lo que hacía que hubiese una pelea sórdida en el fondo por tener el control de la banda. Chris Kimsey, es el ingeniero que dará forma al nuevo estilo del grupo, un tipo que será básico ya que por un lado quiere recuperar ese sonido sucio y viejo de los Stones, pero a su vez conseguir un sonido real en vivo, y a fe que lo consiguió.
Otro aspecto fundamental son precisamente esos estudios de París donde se grabó, una sala de ensayos gigante, dónde el sonido claro y sucio que quedaba como música de tugurio o club que encandiló al ingeniero. Por otro lado, reseñar la nada desdeñable aportación de Billy Preston al disco, algo que desde los teclados le dio mucho empaque.



El disco comienza con Miss You, que plasma esas ideas discotequeras de Mick Jagger, ya que sus noches de baile neoyorkinas, la fiebre del sábado noche y tal le comieron mucho la cabeza, pero cuidado estamos ante un temazo de tomo y lomo que pasa los años de manera gloriosa y que a mi particularmente me encanta. When the whip comes down es una pieza ácida dónde el riff de Richards y la voz de Jagger funcionan a las mil maravillas, un gran rock and roll en el mejor estilo de siempre de la banda. Just my imagination (Running away with me) es la versión del álbum de los Temptations... un tema soul por los cuatro costados al que los Stones incluyen cierto toque funky y ese bajo de Bill Wyman que me parece excelente. La armónica del principio de Some girls, el tema que da título al disco me parece de fantasía, pero cuidado, aquí Jagger cuenta sus obsesiones sexuales, con voz de chulo, y destacando las excelencias de mujeres de diversas razas... gran manera de provocar... éxito seguro, pero es que además es un country-rock perfectamente ejecutado. Lies es un rock and roll tremendo, potente y lleno de energía dónde Mick está a tope y la banda se reecuentra con un estilo que borda.
La Cara B comenzaba (hablo del vinilo) con Far away eyes, una balada country descomunal, dando ese contrapunto perfecto al disco. Respectable con esa entrada de la batería de Charlie Watts es simplemente antológica y donde Richards venera por enésima vez a Chuck Berry. Before they make me run es el tema que canta Richards, quizás una de las mejores composiciones que ha hecho Keith, lo digo de verdad, canción sideral, es curiosa, vigorosa e incluso diría que hipnótica por los coros. Beast of Burden es un temazo soul de categoría sublime, de esos singles antológicos de la historia de la música, con esos coros fastuosos, y esos cambios de ritmo que forman parte del imaginario de cualquier adicto a la música. Y remata la joya Shattered, tema respondón, cañero, crudo y ácido también porqué no con para mi unas influencias de Lou Reed enormes.


A finales de 2011 salió la reedición de este disco con un segundo cd glorioso (casi tan bueno o incluso mejor que este) y un DVD de un concierto en Texas. Recomiendo esta edición encarecidamente, donde algunos descartes como So Young, No spare parts, Do you think I really care, etc., y versiones flipantes se quedaron fuera.
En definitiva, un disco que en un momento muy complicado de la banda, con muchas cosas en contra, sacó lo mejor de ellos y los aupó de nuevo al número 1, por méritos propios.
Este texto fue escrito por mi en su día para Exile SH Magazine y ahora reposa en mi espacio.
Os dejo con el vídeo de Beast of Burden, tocado en ese concierto de Texas que aparece en la versión deluxe.

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